Microsoft ha encendido las alarmas para millones de usuarios de Windows 10 con una advertencia clara: el soporte gratuito para este sistema operativo tiene los días contados. A partir de octubre de 2025, la compañía dejará de proporcionar actualizaciones de seguridad gratuitas, dejando a quienes no actualicen a Windows 11 expuestos a riesgos significativos en sus PCs.
El mensaje, dirigido a los 850 millones de usuarios
que aún permanecen en Windows 10, incluye una invitación a “prepararse para lo
que sigue”, pero la realidad es que más de la mitad de estos dispositivos no
cumplen con los requisitos técnicos para dar el salto a Windows 11. Para estos
usuarios, Microsoft ofrece una solución temporal: pagar $30 por una extensión de seguridad de solo un año.
¿Un
futuro incierto para millones de PCs?
El verdadero problema radica en los aproximadamente
400 millones de PCs que no podrán realizar la actualización por no ser
compatibles. Muchas de estas máquinas pertenecen a usuarios que no pueden
permitirse adquirir un equipo nuevo. A medida que se acerca 2025, la presión
aumenta, y las opciones se reducen: pagar por soporte temporal, asumir los
riesgos de un sistema desactualizado o invertir en un nuevo dispositivo.
Pero el costo no solo es económico. Este cambio podría
desencadenar una crisis ambiental sin precedentes, con millones de PCs
desechados y sin mercado secundario viable debido a la falta de
actualizaciones. Organizaciones como PIRG advierten que esto podría convertirse
en “el mayor aumento de desechos electrónicos en la historia”.
Mientras tanto, Microsoft parece decidido a empujar a
sus usuarios hacia Windows 11, utilizando recordatorios y anuncios integrados
en el sistema para acelerar la transición. Sin embargo, para quienes no puedan
o no quieran actualizar, el tiempo corre.
¿Qué hacer? Si eres usuario de Windows 10, las opciones son claras: asegúrate de proteger tu equipo antes de que llegue la fecha límite. Ignorar las advertencias podría salir mucho más caro.