¿Cómo es posible que en pleno 2024 millones de personas sigan siendo víctimas de hackeos? La respuesta podría estar justo delante de nosotros: la elección de contraseñas sigue siendo desastrosa. Según el sexto informe anual de NordPass, realizado en colaboración con NordStellar, el mundo no ha aprendido la lección cuando se trata de proteger sus cuentas personales y corporativas.
Las contraseñas más usadas: un desastre anunciado
El informe no deja lugar a
dudas: la contraseña más común a nivel mundial sigue siendo 123456,
utilizada por más de 3 millones de personas en cuentas personales y 1.2
millones en cuentas corporativas. Esto no es algo nuevo, ya que
"123456" ha ocupado el primer lugar como la peor contraseña en
cinco de los últimos seis años.
A continuación, las cinco
contraseñas más utilizadas para cuentas personales:
- 123456
- 123456789
- 12345678
- password
- qwerty123
Y para cuentas corporativas:
- 123456
- 123456789
- 12345678
- secret
- password
El informe señala que todas estas contraseñas pueden ser descifradas en menos de un segundo.
¿Por qué seguimos fallando?
La investigación analizó una base de datos de 2.5 TB recopilada de fuentes públicas, incluyendo el
lado oscuro de internet, y clasificó las contraseñas por país y tipo de
cuenta. Los resultados muestran que muchas personas siguen usando contraseñas fáciles de adivinar, como fechas de nacimiento, nombres o palabras comunes.
La falta de creatividad no
solo es peligrosa, sino que también es increíblemente común. Como señala el
informe: “Las contraseñas siguen siendo realmente malas”.
Cómo mejorar tus contraseñas
Aunque las cifras son
alarmantes, NordPass ofrece algunas recomendaciones para proteger tus cuentas:
- Crea contraseñas largas y únicas.
Evita usar datos personales como nombres o fechas.
- No reutilices contraseñas.
Usar la misma contraseña para varias cuentas es un error común.
- Usa un gestor de contraseñas. Estas herramientas pueden almacenar todas tus claves de manera segura y solo necesitarás recordar una contraseña principal.
Es evidente que millones de
personas subestiman los riesgos de una contraseña débil. Si las empresas y los
usuarios no comienzan a tomarse en serio la ciberseguridad, el 2024 será otro
año marcado por ataques que podrían haberse evitado con un poco más de
precaución.
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