Un hacker, Jesse Kipf, de 39 años, ha admitido haber fingido su propia muerte para evitar pagar más de $100,000 en manutención infantil a su exesposa. Kipf se declaró culpable de un cargo de robo de identidad agravado y uno de fraude informático en un tribunal de Kentucky el 29 de marzo.
Según los documentos judiciales, Kipf accedió al sistema de registro de muertes de Hawái en enero de 2023 utilizando los detalles de un médico que vivía en otro estado y creó documentos para su propia muerte. Luego se autenticó a sí mismo como el certificador médico del caso. El engaño llevó a Kipf, que es de Somerset, Kentucky, a ser catalogado como muerto en muchas bases de datos del gobierno de Estados Unidos.
Además, Kipf admitió haber hackeado redes privadas de empresas, gubernamentales y corporativas con información que robó de otros e intentó vender el acceso a compradores en línea. Inicialmente enfrentaba más de 30 años de prisión, pero tras un acuerdo de culpabilidad, ahora enfrenta un máximo de siete años y hasta $500,000 en multas.
El hacker también enfrenta acusaciones por acceder ilegalmente a sitios web estatales de Arizona, Hawái y Vermont, así como a dos empresas tecnológicas que abastecen a las principales cadenas hoteleras. Si bien se estima que sus crímenes causaron más de $195,000 en daños, ha acordado pagar restitución según el acuerdo de culpabilidad.
La audiencia de sentencia está
programada para el 12 de abril. Este caso pone de manifiesto las consecuencias
legales de acciones fraudulentas y destaca la importancia de cumplir con las
obligaciones financieras, incluso en situaciones difíciles.
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