Spotify se une a Twitter en su decisión de no permitir la propaganda política en su plataforma

Al menos de forma temporal, ya que la compañía no cuenta con las herramientas necesarias para comprobar la veracidad de todos los mensajes que los partidos políticos estarían comprando en su plataforma, de modo que en un futuro la propaganda podría volver a Spotify, al contrario que en Twitter, donde la medida parece del todo definitiva.

La medida solo se dejará sentir en los Estados Unidos, país que gasta cantidades gigantescas en publicidad política y que precisamente este año va a vivir unos comicios de lo más interesantes.

Google y Facebook a la zaga

Por su parte, el gigante de internet Google limitará la publicidad política, aunque ni mucho menos la prohibirá. Su control se fundamentará en prohibir la micro segmentación, forma de teledirigir la información según nuestra ideología, sexo, edad, estrato social… algo que según los más críticos podría radicalizar nuestras posturas, al alimentarnos siempre con mensajes redundantes, en vez de presentarnos alternativas, tarea que por otra parte mucha gente cree que no le corresponde a una gran corporación. Aun así, se seguirá permitiendo la orientación contextual, es decir dirigir anuncios políticos a personas en base al tipo de noticias que leen.
Por su parte la compañía de Zuckerberg no limitará la propaganda de ningún modo, admitiendo publicidad de uno y otro espectro ideológico, aunque sí prohibirá información falsa sobre el censo de los Estados Unidos, que afecta a la distribución de los fondos federales.

La problemática de las fake news

Y no solo el mundo de la política se ve afectado de forma dramática por la difusión de bulos, y fake news, ya que ni siquiera la economía escapa de esta lacra.

Si somos inversores, o por ejemplo nos dedicamos a operar acciones mediante CFDs a través de alguna app de trading, una de las tareas más importantes a las cuales debemos hacer frente es la de estar debidamente informados, ya que una noticia falsa puede hacernos abrir una posición en el momento menos indicado, o en la dirección incorrecta.

Imaginemos que hacemos trading con CFDs, forma de operar que permite abrir posiciones en corto (de venta) si creemos que el activo va a bajar su cotización, o en largo (de compra) si creemos que el activo va a subir, y abrimos una operación en corto basándonos en informaciones interesadas diciendo que se rumorea que el balance de tal o cual compañía ha sido negativo, el resultado distará mucho de ser el deseable.
El trading con CFDs es muy complejo y ya de por sí es considerado de alto riesgo para el inversor minorista por la CNMV (Comisión Nacional del Mercado de Valores de España) y otros organismos reguladores internacionales. Debido al apalancamiento con el que se opera el riesgo implícito de perder rápidamente todo el capital depositado es alto, o incluso el de quedar endeudado dependiendo de si el bróker con el que operamos nos protege contra posibles balances negativos o no. Conocer su operativa a fondo además de sus riesgos implícitos es mandatorio para traders e inversores en caso de querer operar con este producto, con lo que unas informaciones sesgadas o directamente falsas es lo último que necesitamos.

Por fortuna contamos con páginas de información económica de gran prestigio, e incluso los propios brókeres suelen tener un apartado dedicado a la actualidad económica.

Aun así, uno de los principales problemas a los que se enfrenta la credibilidad de una noticia hoy en día es que el avance de la tecnología crea imágenes y videos falsos de tal calidad que, aunque luego sean desmentidos y desmontados siempre dejan un poso de duda en demasiada gente.

El contenido falso se clasifica de mayor a menor grado de la siguiente forma:
-Contenido falso 100% creado de cero.
-Información real con texto o imágenes manipuladas.
-Contenido difundido suplantando al presunto emisor, como por ejemplo robar la cuenta de un partido político en Twitter y difundir insultos o información contraria a sus ideas.
-Información falsa rodeada de un contexto que la dota de veracidad.
-Contenido distorsionado.
-Parodias y contenido satírico.

Para luchar contra la difusión de información falsa las compañías cuentan con medios técnicos y humanos demasiado limitados dado el inabarcable volumen de información de todo tipo que se sube cada segundo a internet. Por ello estas empresas cuentan con la delación de los usuarios para poder focalizar su atención en el problema con mayor eficacia. El problema es que la condición humana lleva en muchas ocasiones a denunciar cuentas por el simple hecho de no concordar con nuestra línea ideológica, lo cual diluye los esfuerzos de las compañías por eliminar la información realmente falsa.

Una vez descubierta una cuenta que distribuye información falsa lo que se suele hacer es cerrarla, y difundir a su vez el mensaje de qué información falsa está circulando.

De todas formas, muchas veces la información falsa continúa “viva” en internet y vuelve a nosotros de forma recurrente, por lo tanto, nuestro sentido común se constituye en el último y más eficaz filtro entre las fake news y nosotros mismos.

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