Los
usuarios de Windows saben que en dicho sistema operativo solo se puede
desinstalar un programa a la vez. Esto puede pasar desapercibido para muchos,
pero para otros quizás sea hasta molesto. ¿Te has preguntado por qué ocurre
esto? Hoy te lo explico.
Todo
usuario promedio del sistema operativo Windows sabe que si desea desinstalar
algún programa debe dirigirse al panel
de control, en donde encontrará la opción para realizar dicha acción. No
obstante, muchos ya se habrán percatado que solo se puede desinstalar un
programa a la vez.
Si estas desinstalando un programa e intentas desinstalar otro, te aparecerá un mensaje indicando que debes esperar a que se termine de desinstalar el programa que elegiste antes.
Si estas desinstalando un programa e intentas desinstalar otro, te aparecerá un mensaje indicando que debes esperar a que se termine de desinstalar el programa que elegiste antes.
Como
no queda otra alternativa, tendrás que esperar a que se termine de desinstalar
un programa para poder desinstalar el siguiente. Esto no parece ningún
problema, sobre todo cuando dispones de mucho tiempo, pero si te urge eliminar
varios programas de la computadora, puede molestarte mucho esta situación.
No es culpa de Windows
Así como Windows tiene muchos adeptos, también tiene muchos detractores que podrían achacar a este el origen de la situación antes planteada, pero déjame decirte que en este caso no es culpa de Windows en sí.
El
origen de esta situación radica en el instalador, es este quién restringe el
número de desinstalaciones simultáneas en el sistema.
La
mayoría de programas utilizan el instalador de Windows para
poder instalarse, actualizarse o borrarse del sistema. Un proceso de
desinstalación implica la modificación de diversos archivos del sistema (por
ejemplo, archivos DLL) y entradas del
registro de Windows. Lo más probable es que varios programas estén compartiendo
estas cosas.
Además,
el instalador de Windows vigila todos los cambios que se hacen durante el
proceso de eliminación de un programa del sistema. También ayuda a revertir
cualquier configuración y a volver archivos a su estado original por si algo
sale mal. Por ejemplo, si el usuario cancela el proceso de desinstalación.
La
mayoría de desarrolladores suelen utilizar el instalador de Windows para cargar
sus programas en las computadoras. Aunque se puede prescindir de este, no es
recomendable, pues no se podría verificar los cambios realizados por otros
instaladores. Lo anterior puede conducir a conflictos y posiblemente dañar el
sistema operativo.
En
conclusión, El instalador de Windows
impide la desinstalación de más de un programa para tratar de garantizar la
seguridad del sistema operativo y de los datos de este.
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