Por
lo general los programadores suelen “jactarse” de que su profesión les obliga a
prácticamente no dormir, Pero ¿Qué hay en realidad detrás de este fenómeno? En
este artículo se trata dar una respuesta a dicha interrogante.
Se
dice que las distracciones son malas para el trabajo productivo y creativo,
quizás esa sea la razón por la que muchos programadores prefieren trabajar de noche.
Pero,
¿Es la necesidad de un ambiente de trabajo libre de distracciones la razón por
la que los programadores y desarrolladores de software prefieren trabajar en la
noche?
Los programadores prefieren trabajar en la noche, por lo menos eso es lo que
Swizec Teller quiere demostrar en su libro Why Programmers Work at Night, en este trabajo biográfico, Teller intenta encontrar
los problemas asociados a su profesión y busca explicar los hábitos asociados
al fenómeno.
Pero,
¿Por qué este libro es bastante complejo, creativo, ambicioso y fuera de lo
común? Sencillo, en realidad nadie sabe a ciencia cierta porque los
programadores trabajan mejor por la noche, dice Josh Anderson en DZone.
Las distracciones son mortales…
Un
argumento es que la distracción está en todas partes durante el día – ya sea un
correo electrónico de un colega con una necesidad desesperada de ayuda, las
bromas y las conversaciones en los alrededores de la oficina, las noticias en
Facebook y Twitter o simplemente una reunión de stand-up.
Trabajar en este entorno puede ser muy
improductivo, ya que impide a los programadores enfocar sus recursos mentales
en ser creativos y constructivos, en otras palabras, el estado de ánimo es
esencial para la construcción de una buena aplicación o software. Los programadores necesitan constantemente una
imagen clara del producto terminado en su cabeza, de lo contrario, ¿cómo pueden
recordar qué es lo que están desarrollando?
Todas
las pequeñas distracciones en la rutina diaria no sólo pueden hacer que cualquiera
pierda el foco, sino que también pueden difuminar la imagen mental una y otra
vez. Por la noche, sin embargo hay mucho menos distracciones, por lo que
pueden incluso tener la oportunidad de profundizar en las necesidades
abstractas de un proyecto sin la interrupción mental.
¿O quizás no los son?
Entonces,
podríamos decir que “La teoría de la distracción” es bastante aceptada, pero,
la revista Scientific American publicó un artículo que indica lo contrario. Un estudio realizado por
Mareike Wieth y Rose Zacks encontró que las personas tienen una mayor
posibilidad de llegar a un gran avance en sus proyectos cuando no están en su
mejor forma mental (entiéndase cuando no logran concentrarse).
Lo
que puede parecer extraño al principio, es en realidad bastante lógico si se
piensa en ello: si estamos bien descansados, nos enfrentamos a los problemas
con mayor determinación. Esto deja poco espacio para el pensamiento creativo,
el cual a su vez puede impedirnos dar con soluciones más inventivas a nuestros
problemas. Al estar menos concentrados, se puede tener ideas diferentes y es la
oportunidad de ser una fuente de inspiración.
El
abrirse a nuevas ideas y perspectivas sobre los problemas existentes puede
resultar útil para los programadores también, por ejemplo, cuando se enfrentan
a un algoritmo difícil o tratar los problemas a nivel de usuario.
El
mayor problema como programador es que este tipo de trabajo no puede
simplemente ser forzado en una estructura fija predeterminada. En su esencia, la programación es una actividad muy creativa, comparable a la pintura o hacer música.
Sin
embargo, el trabajo de los programadores, les obliga a profundizar en los
detalles, alejar el zoom en lo abstracto, y en ocasiones invertir varias horas,
incluso para los más pequeños detalles; Especialmente cuando se trata de
plazos, esto realmente no encaja con las horas de oficina regulares.
En
un artículo escrito en 2010, Robert Alison cita un estudio realizado por Satoshi Kanazawa
de la Escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres que encontró que las personas con mayor coeficiente
intelectual son más propensos a preferir trabajar de noche. Las personas
con un menor coeficiente intelectual por el contrario parecen limitar sus
actividades a las horas del día.
Dado
que la programación no sólo requiere un alto nivel de habilidades matemáticas,
pensamiento lateral y lógico, sino también la capacidad de escribir código con
precisión y en diferentes lenguajes, es seguro asumir que los programadores son
de hecho gente inteligente. Y parece que la gente inteligente tiende, por el
motivo que sea, a irse a dormir más tarde que la gente “común”.